
Voy entrando a la habitación del viejo.
Las enfermeras se retiran porque hacen mucho ruido,y nos dejan a solas.
El cuarto huele a hospital y meo rancio.
Porque el anciano mea por un tubito al que yo coloqué en su miembro, metiendo la mano debajo del calzón y rozándole la herida, donde lo habían operado.
El calzón blanco, con tono verdoso amarronado, empieza a endurecerse ¡No puedo esperar a chuparsela! - es un gran coagulo de ricota el que allí espera.
Le bajo la ropa interior y retiro el tubo, ahora el escroto está empapado.
Paso la mano por la zona anal y queda marrón, entonces procedo a chuparme un dedo.
(Algun día todos tendran que hacerle sexo oral a un abuelo en solitario, es una experiencia que requiere responsablidad y está directamente conectada con la (pseudo) necrofilia y la homosexualidad)
Me pongo en pose 69, le saco la dentadura y le penetro la boca, improvisa un vomito, que lo lleva a la muerte (entonces exclamé):
- Mi paciente ha muerto; pero le dije entonces, que podría tener una erección en este mundo gay, intenté reanimarlo pero la simple palabra erección había muerto para él.
Una de las nietas (en lágrimas) responde:
¨Este nunca fue mi mundo, se llevaron la ricota, se lo chuparía para darle envidia a todos¨